domingo, 16 de enero de 2011

H. P. LOVECRAFT - El caso de Charles Dexter Ward (1927)

La noche de Halloween me hace gracia. Paso de los que dicen que es una americanada. Es divertido, y punto. Desempolvo mi careta de monstruo, me la pongo un rato, me río con la gente y procuro ver alguna película de terror, a ser posible del bueno. Aquella noche me puse La herencia Valdemar, un más que aceptable filme basado en el mundo de Lovecraft. Decidí entonces leer de nuevo El caso de Charles Dexter Ward, una de las novelas que más me impactó cuando era un chaval. El recuerdo más vivo que guardaba de esa primera lectura era la bajada al sótano de la mansión Curwen. Sencillamente espeluznante. Luego he visto que aquel episodio tiene cierto paralelismo con otro que tiene lugar en La casa en el confín de la Tierra, de William Hope Hodgson, autor que influyó en Lovecraft, y que reseñaré pronto.

La novela se titula “El caso” porque lo sucedido a Charles Dexter Ward (en adelante CDW) se tomó como un caso clínico de locura. Lovecraft utiliza uno de los recursos más usados en el género de terror, y en la literatura en general, que es el del testimonio. Se trata de ese libro recuperado, esas memorias o ese documento perdido, que es el grueso de la novela, y que podemos encontrar no sólo en la obra de Hodgson antes citada, sino en Poe y su Arthur Gordon Pym, entre otros muchos. Es más; el propio Lovecraft lo utiliza en sus otras dos novelas largas: La llamada de Cthulhu y En las montañas de la locura.

El estilo de construcción de la trama también es el propio de Lovecraft: la sucesión de piezas del pasado que van conformando un presente aterrador. Aparecen sabios alquimistas, nigromantes y perturbados, siempre vinculados con la vieja Europa, que buscan el conocimiento a través del contacto con seres del más allá, que les revelan los secretos de la naturaleza. Pero ese conocimiento no se encuentra en las fuerzas del bien, sino en las del mal. Y aquí está la variación característica de Lovecraft: no se trata de fantasmas o demonios, sino de seres de otro mundo que dominaron la Tierra más allá de la memoria, que esperan volver, y cuyo regreso será el fin de la Humanidad. El contacto con ellos se hace a través de ritos macabros y sangrientos, como en El horror de Dunwich. En El caso de Charles Dexter Ward no es Cthulhu, sino Yog Sothoth (por fin una nombre pronunciable del panteón lovecraftiano).

Al ser un “caso” clínico, el protagonista de la novela es el doctor Willet, un hombre ya maduro que trata al hijo de unos amigos. El hilo de la novela es el relato de la investigación que lleva a cabo para resolver el problema. CDW es genealogista, y lo que comienza siendo la búsqueda de la historia de sus antepasados, se acaba convirtiendo en una horrible pesadilla que se lleva la vida del chico y la de mucha gente. El antepasado que busca es Joseph Curwen, de Providence –lugar vinculado biográficamente con Lovecraft-, y que antes vivió en Salem. Curwen era un experto en ciencias ocultas que había logrado una longevidad antinatural, lo que le había granjeado primero la admiración de la gente, y luego el terror y la repulsión. Se había enriquecido con el comercio y la esclavitud, lo que le permitía tener una casa en las afueras donde realizaba sus experimentos y rituales. Su obsesión era ampliar conocimientos a través de la resurrección de muertos importantes y la posesión de objetos valiosos, como el Necronomicón, o el Objeto Oscuro hallado bajo la ciudad de Memphis. Curwen invocaba a Yog Sothoth y a “los del Exterior”. Esos conocimientos y resurrecciones podían afectar a la civilización, a las leyes naturales, e incluso ponían en peligro la suerte del sistema solar.

CDW quedó impresionado por la vida de Curwen, y pasó de estudiar su vida a imitarla; tanto que lo resucitó. Volvieron así los rituales nigrománticos y las invocaciones a los “los del Exterior”. Fue entonces cuando Willet, el doctor, volvió a la casa de las afueras, aquella que había recuperado CDW, y bajó al sótano, al pozo. La oscuridad, los gemidos guturales y el hedor, siempre el hedor lovecraftiano invadiéndolo todo para dar la sensación de maldad añeja, acompañaron el viaje de Willet a las profundidades de los experimentos de Curwen. Allí encontró una sala con monolitos a lo Stonehenge, con un altar en el centro, y otra sala con las sales y productos para las invocaciones. Estos descubrimientos permitieron a Willet conocer la verdad y dar una solución al problema. El final es perfecto, pero, como siempre, no lo voy a contar.

La entrañable película de Roger Corman, titulada El palacio de los espíritus (1963), quien por sentido comercial atribuyó el relato a Edgar Allan Poe y no a Lovecraft, poco tiene que ver con la novela. El irrepetible Vicent Price, con una personalidad tan desarrollada que siempre se interpretaba a sí mismo, llena por sí solo la cinta y es el actor ideal para dar vida a Joseph Curwen. Por tanto, la novela, a pesar del enorme atractivo que tendría por su ambientación y los temas tratados, además de las facilidades técnicas que hoy existen para recrear escenarios y grandes seres, sigue sin adaptación a la gran pantalla. La conclusión es clara: leed el libro, no os arrepentiréis. 

11 comentarios:

  1. Con CDW ya has reseñado mis tres historias favoritas lovecraftianas.
    Las otras son Dunwich y En las montañas de la locura.

    Un saludo.

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  2. tengo unas dudas acerca de este libro y me gustaria que porfavor me las respondieran:

    a quien invoca el doctor willet en el sotano?
    que es el objeto obscuro?
    que son los monstruos que encuentra en el sotano?
    y por ultimo que papel desenrolla yog sothoth en el libro?

    gracias de antemano :)

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  3. ¡Es una obra exquisita de la literatura lovecraftiana!

    Comentarista anónimo, no hay respuesta conocida por el género humano para esas preguntas. Pero yo te dejo otra: ¿quién escribe y deja esa nota en latín antiguo dentro del bolsillo del doctor Willet?

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  4. pues charles dexter ward es el que escribe esa nota si no me equivoco

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    1. No creo que fuese Charles, puesto que él estaba emparedado detras del retrato y no la hubiera escrito en latin, y Curwen no podia habersechecho con sus sales. Por otra parte Curwen se extraña que Willet siga vivo después de haberlo invocado.Curwen pensaria que el 118 procedia de la tumba de un ser poderoso pero como se dice después algunas lápidas estaban cambiadas.

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  5. Existe un videojuego para PC, llamado "Necronomicon, el alba de las tinieblas" basado en este libro. El juego está regular pero recrea algunos pasajes fieles a la novela.

    Un saludo

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  6. Este libro deja muchas incógnitas, yo, sin basar mi teoría en otra cosa mas que en mi propia imaginación, relaciono todas las desapariciones de esclavos y marinos, tanto con las criaturas que encuentra Wilett en la caverna, como con los actos de vampirismo que se mencionan y que sabemos que son perpetrados por Curwen. Tengo teorías respecto a otras cosas, pero no creo que sean acertadas, pues las incógnitas del libro están pensadas para quedarse así, como incógnitas.

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    1. Gracias por comentar, Antonio. No veo el vampirismo, pero me gustaría conocer tus teorías. Seguro que son interesantes.
      Saludetes

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    2. Quien escribió la nota que willett encontró en su bolsillo? Acaso es ezra weeden o el mismo charles ward

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    3. O sea alguien sabe o cree saber quien era el número 118 que invoco Willett y que puso la nota en el bolsillo del doctor Willett?

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